El traslado a la Clínica de Minde

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A principio del mes de agosto me trasladaron del hospital de Hameln hasta la Clinica ll de la ciudad de Minden. Esa clínica es especializada para casos de niños que nacen prematuros. Cuando hablo de niños prematuros me refiero a niños tan pequeños que nacen antes de los 7 meses, y que pesan por debajo de los 1000 gm, es decir menos de una o dos libras. Yo había empezado a sentir dolores como de parto y por eso me trasladaron de inmediato.

Ese mismo día que llegue a la clínica, los doctores tenían todo preparado porque se creía que mi hijo nacería. Pero si nacía en ese momento no tenia ninguna posibilidad de vida y también mi vida estaba en un riesgo muy alto. Yo le ore a Dios y le dije: Señor tu dijiste que mi hijo nacería a los 7 meses y todavía no tiene ni siquiera 6 meses. Dios cumple su palabra. Yo no se que hizo el Señor, pero lo que si se es que llego otro doctor, y me examino y dijo: "Ya el Nino esta otra vez en su lugar. Llévenla a su habitación". Me llevaron a la habitación y en ese hospital dure 5 semanas.

Ya yo había perdido más de 30 libras. Los huesos se me salían. Yo estaba embaraza pero no se notaba la barriga. Pero aun así en esa condición tan débil les hablaba del amor de Dios a las enfermeras y a los doctores. Tantos los doctores como las enfermeras me consintieron y me cuidaron mucho. Incluso el Director del Hospital cuando iba a visitarme me saludaba diciendo: "Como esta mi paciente consentida". Tantos los doctores y las enfermeras se comentaban unos a otros que nunca habían tenido una paciente como yo.

Ellos decían que yo no me quejaba. Se admiraban de la serenidad que reflejaba y sobre todo de la paciencia que tenia para soportar. Pero a pesar de eso, los doctores estaban muy preocupados por mi salud porque mi vida estaba en un riesgo muy grande. Pero también era importantísimo que mientras mi hijo estuviera en mi vientre yo pudiese soportar lo más que pudiera.

Recuerdo que en una de las visitas que me hicieron mis suegros, mi suegra decía que no podía entender por que una joven como yo que amaba tanto a Dios, que no tenía ningún vicio y que era una persona muy buena podía pasarle esto. Ella le decía eso a una doctora que fue a examinarme. Entonces yo le conteste a mi suegra que Dios tenia el control de todas las cosas. Cuando le dije así a mi suegra, la doctora dijo que quienes tenían el control de todo eran ellos, y no Dios. Cuando la doctora dijo así, yo le dije al Señor en mi mente: "Padre muéstrale a esta Doctora quien es que tiene el control en mi caso, si tu o ellos".

Al día siguiente me dieron unos dolores como si fueran de parto. Me llevaron a la sala de parto y lo que sucedió fue increíble de creer. A mi se me salio la vejiga. Yo misma la sostuve con mis manos. Eso era algo caliente y latía como si fuera un corazón. Los doctores incluyendo a la doctora que dijo que ellos eran lo que tenían el control, estaban como turbado, como si no supiesen que hacer en ese momento. Me dijeron que tenían que llevarme al quirófano porque el Nino venia de camino. En ese momento volví a orar y le dije al Señor: "Padre tu dijiste que mi hijo nacería a los 7 meses y todavía faltan para los 7 meses". La voz del Señor hablo a mi corazón y me dijo: Yo no miento".

Tal vez esto que le voy a narrar sea difícil de creer para muchas personas, pero para Dios no hay nada imposible, y lo que sucedió fue visto por mucho testigos. Cuando el Señor me dijo que El no miente, en seguida la vejiga como salio volvió a entrar. Fue como si una mano la hubiera halado de afuera para adentro. Yo solo observe que los doctores y las enfermeras se quedaron como atónitos. Pocas horas después me llevaron de vuelta a mi habitación. Las enfermeras dijeron que si ellas no hubieran visto con sus propios ojos lo que sucedió, no lo hubieran creído aunque se lo hubieran contado.

Yo no podía hacer ningún movimiento. Dure 13 días sin poder evacuar, no podía pujar, si pujaba todo se salía para afuera. Yo sentía que mi cuerpo se me estaba intoxicando. Ya no tenía apetito de comer, y si comía algo, volvía y lo vomitaba. Tenia el estomago muy lleno. Los doctores hicieron todo lo posible para que yo con un supositorio pudiese dar del cuerpo, pero nada funcionaba. Los doctores se preocuparon más porque mi vida y la de mi hijo estaban en muy alto riesgo.

Muchos se preguntaran, Por que los doctores no sacaban al Niño, muy simple, porque yo tenia 6 meses de embarazo y cada día que mi hijo pudiese permanecer en mi vientre era una victoria. Cuando me faltaban unos días para entrar a los 7 meses, ya yo sentía que me estaba muriendo. Yo sentía que mi espíritu se quería deprender de mi cuerpo. Pero le ore a Dios y le dije: "Padre, solo tu tiene ahora el poder de ayudarme a evacuar. Si no lo hago puedo morir, y mi cuerpo se puede intoxicar, y ni siquiera puedo hacer el intento de pujar.

Fue entonces cuando el Espíritu Santo empezó a hablarme y me dijo: Sandy este es un examen de Fe y tiene que pasarlo. Es muy fácil tener Fe cuando hay una esperanza. Pero Fe es creer que te puede levantar de la cama y que puede ir a evacuar. Fe es creer que tu hijo no se va a salir y que si se sale, Dios es poderoso para darle vida:"

Lo que el Espíritu Santo me decía era imposible de hacer. Porque yo tenía tres meses que no caminaba. Las piernas me temblaban unas con la otra. Solo intentar levantar la cabeza, veía que todo me daba vuelta. La debilidad era muy grande. Además había orden estricta por los doctores de no sentarme ni siquiera en la cama, y por ultimo mi vejiga estaba casi afuera, es decir cualquier movimiento que implicara algo de fuerza hacia que la vejiga bajara. Por otro lado la duda estaba bombardeando mi mente, entonces le dije al Espíritu Santo: "Yo no puedo hacer lo que tu me dice. El riesgo es muy alto y tengo mucho miedo". Entonces oí la voz del Espíritu Santo que me dijo: "Coge una toalla, y con ella haz presión para adentro para que la vejiga no tenga ningún chance de salirse cuando te levante".
La idea del Espíritu Santo me pareció buena. Y dije: ¡En el nombre de Jesús lo Hare! Hice tal como el Espíritu Santo me dijo y con muchísimo esfuerzo logre sentarme en la cama. Veía que todo daba vuelta. Las piernas me temblaban, tenía muchos cables puestos. Pero Dios al ver mi paso de Fe juntamente con la obra, me ayudo a llegar hasta el inodoro. El Señor hizo posible que evacuara. Pude volver a la cama y como 10 minutos después, el Espíritu Santo me dijo: "ya te puede quitar la toalla".

Les dije a las enfermeras lo que había pasado. Ellas no podían creer que había podido llegar sola hasta el baño de la habitación, pero estaban felices con la noticia. Ellas sabían en cuanto riesgo estaba mi vida. Ella misma me dijeron que guardarían el secreto de como pude evacuar porque si los doctores se enteraban que me había levantado se podían enojar. Ya que estaba estrictamente prohibido. Eso ocurrió un sábado, pero el Domingo 9 de Septiembre del 2007 amanecí muy débil, me sentía morir, y le ore al Señor diciéndole:" Padre yo se que tu dijiste que mi hijo nacería a los 7 meses. Solo falta una semana para los 7 meses. Por favor haz posible que mi hijo nazca. Tu tiene el poder de salvarlo. Dios me escucho y permitió que mi hijo naciera al día siguiente. Samuel nació el 10 de Septiembre a las 8:31 PM. Para mi había nacido unos días antes de entrar a los 7 meses, pero cuando me entregaron la tarjeta con los datos de Samuel, aparece escrito que Nació a los 7 meses.

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