Palabra Del Aliento Para Bendecirte Hoy

Palabras de Aliento

 

Determinación Santa

 

Por Joyce Meyer

He peleado la buena batalla, he acabado la carrera, he guardado la fe. (2 Timoteo 4:7) 

 

Creo que el Espíritu Santo nos llena de determinación santa. Es algo que Dios tiene, y que nos imparte por medio de su Espíritu. No debemos rendirnos o dejarnos vencer fácilmente. Tenemos que determinar que el pasado no nos vencerá, siguiendo adelante sin estancarnos. No debemos temer las dificultades. Las cosas de valor nunca vienen fácilmente. La determinación es decisión. Su definición incluye "osadía" y "valor". Significa tener un propósito firme. Tenemos que ser decididos y mantener nuestras decisiones. Si te encuentras de doble ánimo acerca de algo, te motivo a preguntarle a Dios qué quiere para tu vida y seguir su voluntad. No te vayas en otro rumbo debido al cansancio. Creo que tienes lo que se necesita para vivir en victoria. Si has aceptado a Jesús como tu Señor y Salvador, su determinación está en ti, porque Él vive dentro ti. Pelea la buena batalla. Corre para ganar. Determina que ganarás el premio.

Crecer espiritualmente no es fácil siempre. Se puede decir que como creyentes, tenemos que soportar los dolores del crecimiento. Debido a los desafíos de estos tiempos, a menudo, sentimos la tentación de rendimos. Todos tenemos que reconocer el progreso que hemos hecho. Quizás hayas estado luchando contigo mismo. Sabes que tienes que cambiar. Deseas ser como Jesús. Pero te parece que no estás avanzando. Lo primero que tienes que reconocer es que estás progresando. Poco a poco, estás cambiando. En algún momento, toma tiempo para recordar cómo eras cuando aceptaste a Cristo en tu corazón. ¡Escucha al Espíritu Santo en vez de escuchar al diablo! La manera de escucharlo, es siguiendo tu corazón, no tu cabeza o tus sentimientos. Aprende a vivir más allá de tus emociones. No te compares con otras personas. Todos tienen sus puntos fuertes y débiles. Ten paciencia contigo mismo. Sigue hacia delante, creyendo que estás cambiando cada día.

Hay algunas promesas extraordinarias en la Palabra de Dios para los que permanecen “en Cristo”. Cuando permanecemos en Él, estamos viviendo en Él, habitando en un lugar de protección, y podemos descansar –confiando, dependiendo, y descansando en Él y en sus promesas–. Cristo es nuestro lugar de descanso, nuestro refugio, un lugar para ponerse cómodo y esperar que Él haga lo que nunca podríamos hacer.

Mientras permanecemos “en Cristo”, nuestra voluntad está unida con la de Él. Sus deseos llegan a ser nuestros; nuestras inquietudes llegan a ser las mismas que las suyas. Llegamos a ser como Él, mientras permanecemos “en Él”.

Jesús dijo: “Yo soy la vid, vosotros los pámpanos”(Juan 15.5). Piensa en esa imagen un momento. ¿Cuánto tiempo puede sobrevivir una rama cuando está desconectada de la vid? Los cristianos que han perdido, o parece que no tienen mucha vida o entusiasmo, necesitan pasar más tiempo permaneciendo en la vid.

He aprendido que, cuando empiezo a sentirme seca, marchita, con mucha sed, lo que necesito es volver a tener contacto con la vid.

La vida de permanencia en Él es una vida de paz, descanso, y fruto. ¡Entra! ¡Y permanece allí!

Haz esto:
Pide que el Espíritu Santo se involucre en todo lo que haces. Él te ayudará, y está esperando que se lo pidas.