Palabra Del Aliento Para Bendecirte Hoy

Palabras de Aliento

 

Hay un milagro en tu boca 2

 

Por John Osteen

No estamos hablando del poder de la mente. No estamos hablando del control mental sobre la materia, sino estamos recordándote la Palabra eterna de Dios "y envió Su Palabra y los sanó".

 

En el caso de sanidad u otras necesidades, la evidencia en cuanto a lo que podemos ver o sentir puede no manifestarse de inmediato, pero al continuar confesando estas promesas, sin dudar en tu corazón, surge el milagro brillando para la gloria del Nombre de Jesús. Jesús es el hacedor de milagros. Dios es nuestro sanador, y puede obrar cuando confesamos la Palabra de Dios.

La Biblia dice: "Y limitaron al Santo de Israel". ¡En verdad podemos LIMITAR A DIOS!

¡El quiere sanarte! ¡El desea liberarte! ¡El anhela hacer en tí un milagro!

Pero si tu no buscas sus promesas y crees en ellasen tu corazón y no LAS PROCLAMAS CON TU BOCA, limitas el poder milagroso de Dios.

Es tan fácil correr hacia algún "hombre" que nos pueda auxiliar. No debemos menospreciar esa clase de ayuda, pero podría suceder que algún día no encontráramos a esa persona. Dios quiere que TU crezcas en fe. El quiere que sepas que TU eres importante. El oirá TU voz. PIDE Y RECIBIRÁS, BUSCA Y HALLARAS, TOCA Y SE TE ABRIRÁ A TI. ¡¡A TI!! ¡¡Sí, aún a TI!! ¡¡Dios te oirá y honrará TU CONFESIÓN DE SUS PROMESAS!!

LA SANIDAD DE NUESTRA HIJA

Recuerdo cuando nació nuestra hija. Mi esposa es enfermera titulada y pudo darse cuenta inmediatamente que Lisa no era normal. El médico que la asistió en el parto lo sabía y el pediatra lo confirmó más tarde. Nos dijo que Lisa tuvo una lesión al nacer, y padecería de algo similar a la parálisis cerebral. La chiquilla no tenía tono muscular. No tenía reflejos de succión. No pudo levantar su cabeza de la almohada ni una fracción de pulgada, hasta que tuvo cinco meses. Nunca pudo gatear. Lo único que logró hacer fue deslizarse sentada por el suelo.

¡¡ NECESITÁBAMOS UN MILAGRO!!

Yo fuí durante diecinueve años ministro bautista, y sin embargo sabía muy poco sobre milagros de sanidad. Teníamos muy pocos conocimientos sobre el poder milagroso de Dios. Los libros de mi biblioteca me enseñaban que Dios enviaba las enfermedades para bendecirnos o enseñarnos buenas lecciones. Yo había predicado que debíamos de ser muy cuidadosos al orar, y siempre decir: "Si es tu voluntad".

No estaba bautizado en el Espíritu Santo entonces, pero Dios nos ayudó. Cerré la biblioteca y me dediqué, yo solo, día a día, a escudriñar la Palabra de Dios. Leí los cuatro Evangelios hasta que empecé a ver a Jesús. De esas páginas surgió ante mis ojos como un hacedor de milagros, poderoso y misericordioso. No era un Jesús bautista, metodista, presbiteriano o católico. Era el HIJO DEL DIOS VIVIENTE QUE ES EL MISMO AYER, HOY Y POR SIEMPRE.

¡¡Lo contemplé a El. Su grandeza, superior a todos los conceptos que pudiéramos tener de El!!

¡¡No lo ví como a un Jesús denominacional, sino observé a un Jesús tan grande y tan amoroso capaz de rodear a TODA la humanidad con sus poderosos brazos!!

Leímos sus promesas para con nosotros una y otra vez. Nos dimos cuenta que era el diablo el que afligía a nuestra hija, el que quería tenerla inválida, pero también que Dios quería sanarla.

Oramos por ella pero nada parecía suceder. Se notaba igual. ¿Por qué no hacía algo este Jesús maravilloso?

¡¡Estábamos LIMITANDO AL SANTO DE ISRAEL!!

¿Dónde estaba nuestro MILAGRO?

¡¡Estaba en NUESTRAS BOCAS!!

Claro, sabemos que el milagro está en Jesús, pero lo limitamos a El y a Su poder cuando fallamos al no confesarlo y al no mantenernos en Su Palabra.

Mi esposa Dodie y yo, pusimos en obra lo que acabábamos de aprender. Haciendo lo mejor que pudimos, ABRIMOS NUESTRAS BOCAS Y confesamos la Palabra PARA SALVACIÓN - PARA SANIDAD -.

Esos fueron días tristes y obscuros para nosotros, bautistas en grandes conflictos, pero Dios es tan misericordioso y compasivo.

Hicimos nuestras las promesas y empezamos a proclamarlas todos los días a pesar del estado en que se encontrara nuestra hija. Declarábamos: "¡Y por sus llagas ella ha sido sanada!" Le hemos impuesto las manos y sabemos que la Palabra dice: "que ella sanará". ¡Está sanando! Jesús dijo: "LO QUE PIDIERES al Padre en Mi Nombre os será hecho". Confesamos: "¡Jesús lo está haciendo! ¡Jesús lo está haciendo!"

Cuando las personas comentaban que la niña se veía muy mal o nos preguntaban por ella, tratábamos de decirles lo que Dios decía y no lo que nuestros ojos veían.

Y pasaron los meses. No se notaba ningún cambio en Lisa. ¿Dónde estaba el milagro? ¿Dónde estaba el milagro?

Se encontraba en nuestras bocas. "El poder de la vida y de la muerte está en la lengua", dice la Biblia. Nos aferrábamos a las promesas en contra de los síntomas mentirosos, causados por el diablo.

"DIOS VIGILA SU PALABRA PARA CUMPLIRLA". Dios estaba sonriendo y observando. Jesús estaba cerca.

¡Al quinto mes levantó su cabecita de la cama cuando se encontraba boca abajo! El Dios del Cielo estaba cumpliendo Su Palabra. Mi esposa sabía que si un bebé no se sienta solo al séptimo mes es una señal de anormalidad. Pasó el quinto y sexto mes. El diablo nos dijo mil veces que la niña nunca sería normal, pero nosotros teníamos un milagro en nuestras BOCAS y continuaríamos proclamándolo - HASTA ALCANZAR LA LIBERACIÓN . ¡¡¡AL FINALIZAR LOS ÚLTIMOS DÍAS DE LA FECHA CRITICA PARA QUE ELLA SE SENTARA SOLA, DIO LA VUELTA Y SE SENTÓ!!!

Estoy seguro que los ángeles que observaban prorrumpieron en un canto de alabanza a Dios por su amor y fidelidad hacia su Palabra. Indudablemente nuestro bendito Jesús sonreía ante nuestro gozo ya que El había tomado para sí mismo todos nuestros pecados, nuestras enfermedades y nuestros dolores en su propia carne y en esa forma había comprado nuestra sanidad.

Ese fue el momento del cambio. De allí en adelante Lisa se desarrolló normalmente. Tiene más de doce años al momento de escribir este relato. Recientemente estuvo en el cuadro de honor de su grado escolar. Todo lo que emprende lo hace bien. Es una niña completamente normal.

¡¡Su pediatra nos dijo que había sido un milagro de Dios!!

¡EL MILAGRO ESTABA EN NUESTRAS BOCAS Y AL CONFESARLO SE OBTUVO LA SANIDAD!

No estamos hablando del poder de la mente. No estamos hablando del control mental sobre la materia, sino estamos recordándote la Palabra eterna de Dios "y envió Su Palabra y los sanó".

"Los cielos y la tierra pasarán, pero Mi Palabra permanecerá".

"Su Palabra está por siempre escrita en el Cielo".

DEBES ENCONTRAR LAS PROMESAS QUE SON PARA TI Y PROCLAMARLAS DIA Y NOCHE. Afírmate en la Palabra de Dios y entonces El la honrará.

En el caso de Daniel quién por tres semanas oró por algo específico, Dios le dijo: "Desde el día que me llamaste envié la respuesta, pero Satanás obstaculizó que ella te llegara". A veces éste es el caso, cuando oras. Continúa confesando la Palabra y vendrá. Si la tienes ya en el corazón, sabes que te llegará.

Si Dios nos sanara instantáneamente cada vez que se lo pedimos, no tendríamos paciencia con los demás. No creceríamos espiritualmente en la fe. Ciertamente tendremos horas oscuras cuando pareciera que estamos solos nosotros, Dios y Su Palabra- ¡¡PERO SI CON AUTORIDAD CONFESAMOS SUS PROMESAS Y PROCLAMAMOS NUESTRO MILAGRO COMO UN HECHO CONSUMADO, ES MAS QUE SUFICIENTE!!

UN TUMOR CANCEROSO SANADO

Una maravillosa mujer cristiana que vive en Texas, encontró que el milagro que esperaba estaba en su boca. Lo digo de nuevo, Jesús es el hacedor de milagros, Dios es el sanador pero actúa a medida que declaramos sus promesas. Se confiesa PARA salvación, PARA sanidad y PARA liberación. Si quieres alcanzar sanidad y liberación, entonces toma el camino correcto que te conduzca allí.

ESE CAMINO ES EL DE CONFESAR LAS PROMESAS DE DIOS CREYENDO EN TU CORAZÓN QUE DIOS CUIDA DE SU PALABRA PARA CUMPLIRLA.

Se confiesa para salvación, sanidad y liberación.

"Porque muy cerca de tí está la Palabra, en TU BOCA". La Pregunta es: ¿LA CONFESARAS para alcanzar TU MILAGRO?

Esta mujer cristiana vino a una de nuestras cruzadas. En ese entonces, yo ignoraba la terrible condición física en que se encontraba. Tenía un tumor canceroso. Estaba muy hinchada y sufría dolores intensos desde hacía mucho tiempo. Estaba en tratamiento médico y habían programado ya su operación, sin embargo pidió que la trajeran.

Ella rogó a Dios que por medio de los dones del Espíritu me mostrara su enfermedad, la hiciera crecer en fe y la ayudara a encontrar su sanidad.

Sufría ella terriblemente durante nuestra reunión. Oh, Gracias Dios mío que Jesús puede conmoverse tanto por nuestras enfermedades. Siente una compasión tan grande por los que sufren.

Prediqué y ministré a las personas, llamé a algunas para orar particularmente por ellas. Luego anuncié que habíamos terminado. Esta mujer me cuenta que se sintió desmoralizada porque al parecer no había sido tomada en cuenta. Yo sentí un alerta en mi espíritu. Tuve dudas sobre que fuera el momento propicio para terminar la reunión. Era Jesús susurrando a mi corazón que había alguien más a quien ayudar. Qué maravilloso es saber que Jesús está siempre presente trabajando, presto a ayudarnos al cooperar con El. El dijo que si salíamos a predicar estaría siempre con nosotros. El está ahora y estaba presente aquel día.

"Siento que no debemos concluir todavía", dije. "Aquí hay alguien más que necesita ayuda". Según recuerdo, la llamé al frente. El amado Señor me había comunicado que la mujer tenía un tumor canceroso y que El quería sanarla. Esto hizo crecer la fe de ella. Recuerdo que ordené al tumor que se secara y que ese cuerpo fuera sanado. A la mujer le dije que manifestara que: "Por las llagas de Jesús había ya sido sanada". Le dije que lo repitiera constantemente. Sé que muchos son sanados instantáneamente, pero ella aparentemente no lo fue. Todavía tenía dolores físicos y también se palpaba el tumor.

¡¡El milagro saldría de su BOCA!!

Había recibido instrucciones del Señor Jesús de informar a la mujer que - REPITIERA Y REPITIERA Y REPITIERA - : "POR SUS LLAGAS FUI SANADA". "Porque muy cerca de tí está la Palabra, en tu BOCA". SI LA CONFESARES, esta confesión será hecha PARA sanidad.

La mujer se fue a su casa animada en espíritu sin imaginarse el sufrimiento que le esperaba. Nos contó que durante los siguientes días pasó las horas más dolorosas de su vida. Parecía estar peor que nunca, pero había aprendido el secreto. Con gran fe y determinación repetía día y noche: ¡¡POR SUS LLAGAS FUI SANADA!! ¡¡¡POR SUS LLAGAS FUI SANADA!!! En su agonía y desesperación, abría la boca para dejar salir el milagro proclamando con autoridad ¡¡¡POR SUS LLAGAS FUI SANADA!!!

Cuando pienso en ello me imagino que seguramente la confesión de esa humilde y sufrida mujer ¡sonó como un trueno cuando atravesó las nubes y subió a los cielos! Los que allá estaban oían sus palabras ¡¡¡POR SUS LLAGAS FUI SANADA!!! Pasó por las estrellas y ellas se unieron a ese canto que fue posible gracias a los sufrimientos padecidos por el Hijo de Dios - ¡POR SUS LLAGAS FUI SANADA! Llegó a las puertas del cielo y los ángeles alzaron sus voces al unísono para hacer de su confesión un coro de Aleluya que lo llenó todo. - ¡¡¡POR SUS LLAGAS FUI SANADA!!! - Llegó al TRONO DE GRACIA Y MISERICORDIA - donde está derramada la SANGRE del CORDERO - que testifica que: "Fue herido por nuestras transgresiones, traspasado por nuestras iniquidades y que ¡POR SUS LLAGAS FUIMOS SANADOS!". ¡¡Jesús, que es mediador de nuestras confesiones, y Dios, nuestro Padre amoroso, estaban allá cuando salió la promesa de la boca de esa dolorida mujer!! ¡¡Por su confesión de fe en la Palabra de Dios, le fue otorgada la sanidad!!

Uno o dos días después la mujer expulsó el tumor canceroso. Lo llevó al médico, que confirmó su malignidad. Perdió peso rápidamente hasta convertirse en una mujer normal. Hoy, después de muchos años, continúa sana y sirviendo a Dios.

Recientemente estuvo en una de nuestras reuniones, haciendo crecer en fe a la congregación, al relatar la historia que acabo de contarles.

Indudablemente, el diablo hubiera querido robar a aquella mujer su milagro, y sí sólo hubiera podido cerrarle la boca lo hubiera hecho. Porque él sabía que el milagro estaba allí, en su boca. Pero ella se aferró a la Palabra, en su confesión de fe, y el milagro se hizo realidad.

Tu milagro está en tu BOCA.

Puede no venir hoy, o la próxima semana, o el mes entrante, ¡¡¡PERO VENDRÁ!!!

Mírate en lo mas profundo de tu ser, completamente libre de enfermedad, sufrimiento y de todo problema, ¡¡¡LO ESTAS!!! Ahora, haz tuyas las promesas de Dios sin temor, y

proclámalas con firmeza día y noche. Cuando alguien te pregunte como te sientes, solamente ¡¡¡DILE LO QUE DIOS DICE ACERCA DE TI!!! !!!CUÉNTALE SOBRE LAS PROMESAS DE DIOS!!! ¡¡¡DILE QUE NO TE DEJAS LLEVAR POR LO QUE SIENTES, SINO POR LO QUE DICE DIOS!!!

EL PODER DE LAS PALABRAS

¡PALABRAS! ¡PALABRAS! ¡PALABRAS! Hablemos por un momento acerca de las ¡PALABRAS!

Hay millones de palabras en el mundo. Están escritas en libros, periódicos, y en miles de lugares. Sólo son palabras.

También hay palabras escritas en la Biblia. Miles de ellas en este Libro Milagroso. Se ven como las palabras del mundo, se escriben igual; PERO SON DIFERENTES. Jesús dijo: "Las PALABRAS que yo os he hablado son ESPÍRITU y son VIDA". Dios dice que: "Sus Palabras son VIDA para todos aquellos que las hallan". También dice: "PORQUE LA PALABRA DE DIOS ES VIVA Y EFICAZ Y MAS CORTANTE QUE TODA ESPADA DE DOS FILOS".

La Biblia dice que toda la Escritura es "Inspirada por Dios".

Aunque las palabras en la Biblia puedan verse como cualquier otra palabra escrita. Hay una diferencia - ES LA PALABRA DE DIOS -. Dios HA SOPLADO ALIENTO DE VIDA EN ELLAS. ¡¡¡En el momento en que tomamos estas palabras con "aliento de vida" y las confesamos en fe, se realizan los milagros!!!

Dios usó palabras para crear este mundo. Se nos dice que El creó todo con el poder de Su palabra. El creó por medio de las palabras. El dijo: HÁGASE - Y FUE HECHO .

¡¡¡Las palabras en la boca de Dios son Poderosas!!! ¡¡¡SUS PALABRAS dichas por nuestra boca también son poderosas!!!

Oseas 14:2 dice: "Llevad con vosotros palabras de súplica y volved al Señor".

¿Qué llevarás contigo cuando acudas al Señor para pedirle un milagro? ¿Qué es lo que El quiere que tú le traigas?

¡TRÁELE PALABRAS! ¡TRÁELE PALABRAS! ¡TRÁELE PALABRAS DE DIOS! ¡¡¡TRÁELE PROMESAS DE DIOS Y CONFIÉSALAS DELANTE DE EL!!!

Dios dice que le "hagamos recordar". El quiere que le TRAIGAMOS A LA MEMORIA Sus promesas.

La Biblia dice: "Te has enlazado con las PALABRAS de tu boca". EL Señor dice: "Porque por tus PALABRAS serás justificado, y por tus palabras serás condenado".

Dios dice: "La muerte y la vida están en poder de la lengua". Las palabras que tu pronuncias son importantes. Pon las PALABRAS de Dios en tu boca y dílas.

La Biblia dice en Joel: "DIGA el débil: Fuerte soy". Esta cita nos dice que los débiles deben: DECIR - DECIR - DECIR. No dice, que ore el débil, sino dice, que los débiles DIGAN.

Para que los débiles puedan obtener ayuda, ¡deben cambiar lo que están DICIENDO! Si los enfermos desean obtener ayuda, ¡Deben cambiar lo que están diciendo! Para que los atribulados obtengan ayuda, ¡deben cambiar lo que están DICIENDO! Reitero nuevamente, que los débiles digan día y noche "¡Soy fuerte!, El Señor es la fortaleza de mi vida". Que los enfermos digan: "Por Sus llagas hemos sido sanados". "Ciertamente llevó El MIS enfermedades y sufrió MIS dolores y por Sus llagas FUI sanado". "Sobre los enfermos pondrán sus manos, y sanarán". Ya me impusieron manos y me estoy recobrando. "El Señor es mi sanador". "El ha quitado toda enfermedad de en medio de mí". "Bendice alma mía al Señor y bendiga todo mi ser Su Santo Nombre. Bendice alma mía al Señor y no olvides ninguno de sus BENEFICIOS. El es quien perdona TODAS mis iniquidades y SANA TODAS MIS DOLENCIAS". Demos gracias a Dios, porque El dijo TODAS. Dilo, y tu enfermedad desaparecerá.

Que los ATRIBULADOS digan - CON CONFIANZA - "Dios es mi refugio y mi fortaleza, UNA AYUDA SIEMPRE PRESENTE EN MI ANGUSTIA". Declara: "¡Dios está conmigo!" "¡El es mi ayudador!" "Si Dios es por mi, ¿quién contra mí?" "¡¡¡Muchas son las aflicciones del justo, pero de todas ellas ME LIBRARA EL SEÑOR!!!" - Continua de ayer Ver parte 1 -