Palabra Del Aliento Para Bendecirte Hoy

Palabras de Aliento

 

Protección en tiempos peligrosos (2)

 

Por Gloria copeland

Si usted se acerca a Dios y mora en Él, estará en el lugar más seguro que existe sobre la Tierra.

 

Acérquese a Dios

Esta es otra realidad que debe conocer: si usted no presta atención a lo que Dios dice en cuanto a otros aspectos de su vida, no podrá esperar que Él lo proteja. Si usted no está obedeciendo al Señor, quiere decir que no está permaneciendo en Él.

Si usted permanece en Él, guardará su Palabra, andará en obediencia y conformará sus palabras a lo que Dios dice. Obedecer es permanecer, morar bajo la sombra del Omnipotente. Eso es lo que lo guardará seguro. Es así como podrá oír la voz del Señor en situaciones difíciles. Si usted está habituado a ponerle atención y obedecerlo, podrá oír con claridad su consejo. Pero si no se ha ejercitado en ponerle atención, tal vez no pueda oír su voz; y si puede oírla, tal vez no obedezca lo que Él dice.

La verdad es que si usted no oye la voz de Dios en los asuntos pequeños, tampoco lo hará en los más importantes. Así que dispóngase a estar atento y dispuesto a cambiar. Si usted siente en su espíritu cierta inquietud o molestia que indica que algo no está bien, sométase a esa voz. Parte de
su protección consiste en estar atento a la voz de Dios y seguirla.
Oír la voz de Dios en la Palabra escrita y obedecerla es una parte muy importante de la protección.

La Palabra nos corrige siempre que la leemos. No conozco a nadie tan perfecto que no reciba corrección cada vez que dedica tiempo a la Palabra. Así que cuando leemos la Palabra, debemos tomar la decisión de obedecer lo que leemos. Por ejemplo, si leemos 1 Corintios 13 y se nos recuerda andar en amor, debemos esforzarnos por cumplir con eso.

Cultivar la actitud de estar atento y obedecer a la voz de Dios constituye la base de nuestra protección. Dios siempre procura llevarnos a un lugar donde estemos seguros. En la Biblia leemos cómo Él siempre ha querido bendecir y proteger a su pueblo. Él mandó a los hijos de Israel vivir de tal manera que pudieran gozar de su protección. Pero muchas veces ellos prefirieron ir en otra dirección. El corazón del Señor se deja ver en pasajes como Mateo 23:37: “¡Jerusalén, Jerusalén, que matas a los profetas, y apedreas a los que te son enviados! ¡Cuántas veces quise juntar a tus hijos, como la gallina junta sus polluelos debajo de las alas, y no quisiste!”.

Lo que Dios dice es: “Yo procuré no solo su bien, sino protegerlos, pero ustedes no quisieron”. El resultado de su desobediencia aparece en el versículo 38: “He aquí vuestra casa os es dejada desierta”.

En Deuteronomio 28 Dios explica con claridad lo que trae la bendición. También aclara lo que sucede a aquellos que no atienden a sus palabras.

La Biblia nos cuenta lo que sucedió cuando los hijos de Israel no guardaron la Palabra del Señor. Cuando no siguieron a Dios, se salieron de su protección, de debajo de sus alas, y quedaron expuestos a la maldición.

Lo mismo ocurre hoy: los desobedientes e ignorantes no están bajo la protección de Dios. Pero si usted se acerca a Dios y mora en Él, estará en el lugar más seguro que existe sobre la Tierra. Dedíquese a las cosas de Dios y persevere en ellas. No permita que ningún asunto, situación o condición lo disuada. Aférrese a Él, acérquese a Él, “porque él es vida para ti, y prolongación de tus días”, como dice Deuteronomio 30: "A los cielos y a la tierra llamo por testigos hoy contra vosotros, que os he puesto delante la vida y la muerte, la bendición y la maldición; escoge, pues, la vida, para que vivas tú y tu descendencia; amando a Jehová tu Dios, atendiendo a su voz, y siguiéndole a él; porque él es vida para ti, y prolongación de tus días; a fin de que habites sobre la tierra que juró Jehová a tus padres… (vv. 19-20).
¿Quién escoge nuestra manera de vivir? Nosotros, cuando decidimos obedecer o desobedecer al Señor. Si las cosas no van bien en su vida, no es culpa de Dios. Quizá haya algo que usted no sepa, y eso se llama ignoran-
cia. La respuesta a esa condición es descubrir la voluntad de Dios en su Palabra y obedecerla.

O tal vez usted sepa lo que tiene que hacer pero no lo hace. Eso sucedió en el caso de los hijos de Israel, y el resultado siempre fue desastroso. Ellos sabían qué hacer, pero decidieron no obedecer a Dios. Eso se llama desobe-
diencia. De cualquier manera, usted tiene la opción de escoger. ¿Vivirá conforme a la voluntad de Dios y hará lo que Él dice, o vivirá como el mundo?
Su protección depende de las decisiones que tome.

Así que disponga su corazón y diga: “Señor, si estoy en algún error te pido que me corrijas. Enséñame. Muéstrame lo que necesito saber”. Tal vez no le agrade darse cuenta de su error, pero disfrutará de los resultados. Yo me alegro cada vez que Dios me corrige.

Dios siempre trata de darnos su protección. Él trata de ayudarnos a permanecer en el lugar seguro para que podamos hacer nuestra obra antes de que el Señor Jesús venga. Permanezca firme en su pacto de protección. Sea pronto para oír y para arrepentirse. Su obediencia lo mantendrá en el lugar secreto que menciona el Salmo 91: “y debajo de sus alas estarás seguro”.